¿Alguna vez has probado a esconderte en un armario? A contemplar sin ser visto. Escuchar y que nadie te regañe. Probar a sacar tus propias conclusiones, imaginar mi destino unido al tuyo. Y sin que nadie te moleste. Poder morderte las uñas, llorar, reir, hablar en susurros. Decirte que te quiero sin que tú lo oigas.
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